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El Blog de la Franquicia
Frankizia
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¿Local o Franquiciado: Huevo o Gallina?

Resulta interesante la cuestión y seguramente como la cuestión del huevo o la gallina, requiere respuestas diferentes en función del momento económico que se viva.

Hoy mi respuesta ante el declive evidente del mercado inmobiliario y la «menor dificultad» (digamoslo así­) de negociar contratos, sugiere que primero pongamos el huevo antes de la gallina, es decir, mejor tener primero el local que al franquiciado. Claro que muchos sugerirán que mejor el franquiciado antes, lo cual implica someterlo después a un interesante via crucis a la búsqueda de un local adecuado.

Porque buscar locales «adecuados» no es tarea fácil, hay que conseguir que el precio de alquiler del local encaje en la ecuación de las «posibles ventas» ( casilla mágica), que encaje la forma geométrica del local y sus caracterí­sticas, que el local además encaje en la calle y superar un montón de incógnitas indesvelables muchas veces como: ¿porque se va el anterior inquilino, o hace cuantó se fue? ¿la calle es tan buena como parece? ¿hay obras proyectadas en mi acera? ¿la licencia de actividad que quiero es posible en el local?. Luego esta el problema de negociar las condiciones, ( tiempo, opciones de compra, renta, gastos, reformas, condiciones de subrogación, fianzas, avales, penalizaciones etc…)

En definitiva, que buscar y encontrar local en franquicia es una tarea casi profesional que difí­cilmente debiera recaer en manos del candidato, por mucha supervisión de la central que tenga. Así­ las cosas parece más buena idea tener un set de locales adecuados localizados y medio apalabrados, ( el punto al que hay que tener llevado el proceso de casi cierre, depende ya de la maestrí­a y experiencia de cada uno), pero lo cierto, es que mientras se busca franquiciado, se puede ganar tiempo con el local, ( ayuda para ello de inmobiliarias hoy se puede tener las que se quiera).

Al final el proceso de entrada de un franquiciado en la cadena queda mucho más «redondo» si somos capaces de presentarle al prospecto cuando está decidido, una «terna» mágica de locales que a su elección sólo dejaran para finalizar el proceso, la firma simultanea de contrato de franquicia y subsiguente de alquiler.

Lo otro ( que busque local con el contrato de franquicia firmado) es condenarle a perseguir «gallinas», cuando no es para eso para lo que le seleccionamos.

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